Existen diversos mundos literarios, tales como el mundo realista, maravilloso, mítico, ciencia ficción,
etc...pero el de este libro el castillo ambulante tiene como mundo el
''mundo Fantástica”.
En que consiste el mundo Fantástico, se caracteriza por comenzar en un
mundo realista-cotidiano, el cual se rompe debido a una fuerza sobrenatural
inexplicable, en principio, por la lógica de nuestro mundo. Dicho
acontecimiento sobrenatural se puede explicar en el transcurso del relato a
través de dos formas: natural y sobrenatural.
El castillo ambulante empieza normal:
''Sophie Hatter era la mayor de tres hermanas. Ni siquiera era hija de
un leñador pobre, lo que podría haberle dado alguna oportunidad de triunfar,
sino que sus padres tenían una sombrerería de señoras en la próspera ciudad de
Market Chipping, donde vivían desahogadamente. Eso sí, su madre murió cuando
Sophie tenía dos años y su hermana Lettie uno. ''
Esto pasa en el capítulo 1 donde se relata la muerte de la madre de
Sophie , al avanzar el libro pasan cosas extrañas pero el relato va
lentamente no tanto cuando de golpe cambia en el capítulo 2 cuando
la bruja del Páramo le lanza el hechizo a Sophie.
—¿Quiere decir que es usted la bruja del Páramo? —tembló Sophie. Le
pareció que la voz le había cambiado del miedo y el asombro. —Lo soy —dijo la
dama—. Y a ver si esto le enseña a no entrometerse con cosas que me pertenecen.
—No creo que yo haya hecho algo así. Debe de haber algún error —gimió Sophie.
El hombre la estaba mirando completamente horrorizado, aunque ella no sabía por
qué. —No es ningún error, señora Hatter —dijo la bruja—. Vamos, Gastón —se dio
la vuelta y avanzó hasta la puerta de la tienda. Mientras el hombre la abría
servilmente, la bruja se dio la vuelta y le dijo a Sophie—: Por cierto, no
podrás decirle a nadie que estás bajo los efectos de un conjuro —dijo. La
puerta de la tienda se dobló tras ella. Sophie se miró las manos y también
estaban arrugadas, y muy delgadas, con grandes venas en el dorso y nudillos
huesudos. Se levantó las faldas y bajó la vista hasta los delgados y decrépitos
tobillos y unos pies que habían deformado los zapatos. Eran las piernas de una
persona de unos noventa años y parecían ser de verdad.

Ya aquí la
historia se tornó al mundo mencionado. A lo largo de la historia ya solo
suceden cosas extrañas y termina igual.